S E R T E J I D O
PIEL COMO MEMORIA Y TESTIGO
“Este sitio es apoyado por el Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales”


“Pero lo cierto es que el diseño empieza y termina en el cuerpo. El cuerpo es su punto de partida (o geografia previa) y es
su punto culminante, ya que es precisamente en el cuerpo del usuario donde el diseño existe como tal y cobra vida.”
Andrea Saltzman. El cuerpo diseñado, sobre la forma en el proyecto de la vestimenta.
SERTEJIDO es un proyecto escénico-textil que nace de mi deseo de leer la piel como un manuscrito vivo: una escritura sensible que se reescribe con cada herida. Es un manifiesto corporal en el que el vestuario no decora ni representa, sino que activa, invoca y sostiene.
Este proyecto se desarrolla como una investigación que entrelaza lo textil y lo escénico para explorar la relación entre piel, indumentaria y memoria, desde una mirada que une lo biológico con lo poético. El cuerpo —territorio y archivo— es el eje desde el cual se construye una instalación compuesta por cuatro vestuarios, cada uno correspondiente a una etapa del proceso de cicatrización:
coagulación • defensa • proliferación • maduración
SERTEJIDO no se concibe únicamente como la creación de piezas textiles, sino como una práctica de escucha y cuidado colectivo.
¿Cómo se manifiestan nuestras heridas, y cómo hemos aprendido a cuidarlas?
La piel es experiencia, es mutabilidad y regeneración constante. Es nuestra primera frontera con el mundo y la sutil división entre lo íntimo y lo público. Nuestra piel recuerda y habla: un mapa formado por capas, cicatrices y sensaciones que se inscriben con el tiempo.
La herida, más allá de su definición literal como una ruptura física, la entiendo como una marca: visible o invisible, abierta por duelos, encuentros, violencias o silencios. En este proyecto, es un territorio de vulnerabilidad, pero también de transformación.
He descubierto que cada fase de la cicatrización —desde la coagulación como primera respuesta ante la violencia, pasando por la defensa como reconocimiento consciente de la herida sistémica, la proliferación como reconstrucción activa de nuevas narrativas, hasta la maduración como resiliencia y memoria colectiva—, es un reflejo de las luchas que las mujeres hemos librado en nuestros cuerpos históricamente. La piel, entonces, se convierte en un lienzo narrativo donde las marcas no son símbolos de debilidad, sino testimonios visibles de supervivencia.
![]() | ![]() | ![]() | ![]() | ![]() |
|---|---|---|---|---|
![]() | ![]() | ![]() | ![]() | ![]() |
![]() |






































